Colaborador Jesús Lozano
Mandy Stokes, su esposo John y sus hijos adolescentes Savannah y Parker, vivieron el pasado fin de semana una experiencia inolvidable.
El grupo se hizo al agua cerca de la localidad de Thomatson, con la intención de cazar cocodrilos, pero jamás imaginaron que iban a sacarse la lotería.
El animal, de casi cinco metros de longitud y algo más de 220 kilos de peso, fue capturado por la familia, luego de una expedición fluvial que comenzó en la noche del viernes y se prolongó hasta bien entrada la mañana del sábado.
En declaraciones a Alabama.com. Mandy señaló el gran trabajo que significó la caza del enorme reptil, tanto por la ardua búsqueda que precedió a la captura, el hecho de abatirlo y luego llevarlo a tierra.
En ese sentido, destaca que al regresar a puerto e intentar descargarlo, el enorme animal rompió el elevador que suelen usar para tal fin los cazadores locales, así como los biólogos de la Alabama Wildlife and Freshwater Fisheries. Finalmente, fue necesario arrimar al muelle una retroexcavadora, con la que se pudo levantar a la bestia.
Las autoridades locales declararon oficialmente a la pieza cazada por Mandy como el cocodrilo más grande que haya sido registrado en el Estado, y bien podría convertirse en récord mundial. En junio, el International Safari Club declaró que un cocodrilo cazado en 2007 en Chalk Creek, cerca de Lufkin, Texas, era el más grande jamás abatido. Sin embargo, ese animal mide algunos centímetros menos que el cazado por los Stokes.
Tras ser medido, pesado y fotografiado, el saurio fue dejado en manos de un taxidermista local.
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