Homenaje póstumo a Don Julio Estrada Zarate, el primer cazador Mexicano en África
Julio Estrada Zárate.México ha sido cuna de grandes personajes en el mundo de la caza internacional, y sin lugar a dudas uno de los más destacados y considerado por muchos como “el pionero” es Don Julio Estrada.
Nació en Mexico, D.F. el 12 de abril de 1893, hijo de Vicente Estrada y Luz Zárate, una familia acomodada de la época porfiriana.
Estudió en la escuela jesuita de Mascarones y después sus padres lo enviaron a estudiar a la universidad de Nueva York.
Cuando muy joven se casó con Francisca Rodríguez y tuvieron una hija llamada Francisca Estrada (Paquita Estrada). Posteriormente se casó con Elizabeth Morris West con quien tuvo cuatro hijas, Elizabeth, María Luisa, María Cristina y Julieta.
Estando en México trabajó un breve tiempo en la bolsa mexicana de valores y posteriormente se dedicó a vender refacciones automotrices, actividad que mantuvo el resto de su vida. La determinación de Don Julio y sus buenas relaciones internacionales fueron claves para el éxito de sus negocios.
Murió a los 78 años de edad un día sábado 17 de julio del año 1971 con problemas de salud propios de la edad.
Por palabras de él mismo se dice que nació cazador, ya que en su familia no había nadie aficionado a la cacería, por lo tanto sería una afición meramente propia.
Su vida como cazador fue muy destacada y comenzó desde muy temprano con una afición tan grande que rosaba con la obsesión. Como ejemplo cuentan sus descendientes que a los 12 años de edad cambió 2 camisas que le robó a su padre por una escopeta para cazar conejos.
Con el paso del tiempo y después de cazar por todo el país, viajó por el mundo en busca de variadas piezas de caza, obteniendo una impresionante colección de más de 400 ejemplares.
Nació en Mexico, D.F. el 12 de abril de 1893, hijo de Vicente Estrada y Luz Zárate, una familia acomodada de la época porfiriana.
Estudió en la escuela jesuita de Mascarones y después sus padres lo enviaron a estudiar a la universidad de Nueva York.
Cuando muy joven se casó con Francisca Rodríguez y tuvieron una hija llamada Francisca Estrada (Paquita Estrada). Posteriormente se casó con Elizabeth Morris West con quien tuvo cuatro hijas, Elizabeth, María Luisa, María Cristina y Julieta.
Estando en México trabajó un breve tiempo en la bolsa mexicana de valores y posteriormente se dedicó a vender refacciones automotrices, actividad que mantuvo el resto de su vida. La determinación de Don Julio y sus buenas relaciones internacionales fueron claves para el éxito de sus negocios.
Murió a los 78 años de edad un día sábado 17 de julio del año 1971 con problemas de salud propios de la edad.
Por palabras de él mismo se dice que nació cazador, ya que en su familia no había nadie aficionado a la cacería, por lo tanto sería una afición meramente propia.
Su vida como cazador fue muy destacada y comenzó desde muy temprano con una afición tan grande que rosaba con la obsesión. Como ejemplo cuentan sus descendientes que a los 12 años de edad cambió 2 camisas que le robó a su padre por una escopeta para cazar conejos.
Con el paso del tiempo y después de cazar por todo el país, viajó por el mundo en busca de variadas piezas de caza, obteniendo una impresionante colección de más de 400 ejemplares.
Entre sus múltiples viajes en busca de caza se destacan los que realizó a las Montañas Rocallosas de Canadá en 1933 y en el Yukón de Alaska en 1939 ya que de ahí se inspiró para escribir su primer libro UNA CACERÍA EN CANADA que contiene los relatos de sus lances cinegéticos en dichos lugares.
Pasado el tiempo, a base de constancia y determinación vio convertirse en realidad su sueño de toda la vida, viajar al continente africano para realizar un safari en el año de 1947, y que duró casi cuatro meses por toda la región de África Oriental Ecuatoriana. Convirtiéndose así en el primer cazador mexicano en viajar a dicho continente para este motivo. De este viaje se inspiró para escribir su segundo libro CIEN DÍAS DE SAFARI y posteriormente editar las filmaciones de sus lances para hacer una película con él mismo título y que se estrenó en varias salas cinematográficas en el año de 1948.
Pasado el tiempo, a base de constancia y determinación vio convertirse en realidad su sueño de toda la vida, viajar al continente africano para realizar un safari en el año de 1947, y que duró casi cuatro meses por toda la región de África Oriental Ecuatoriana. Convirtiéndose así en el primer cazador mexicano en viajar a dicho continente para este motivo. De este viaje se inspiró para escribir su segundo libro CIEN DÍAS DE SAFARI y posteriormente editar las filmaciones de sus lances para hacer una película con él mismo título y que se estrenó en varias salas cinematográficas en el año de 1948.
Otro de sus múltiples logros como cazador fue el de obtener el prestigioso Premio Weatherby en el año de 1961, siendo el mismo Roy Weatherby quien se lo entregara, y convirtiéndose así en el sexto galardonado y también el primero de varios mexicanos que lo obtendrían después.
Entre sus lances más destacados se encuentra la caza de un enorme tigre de Bengala cazado en la India, un hermoso león con colmillos de once centímetros que se topó por casualidad al ir tras un eland, el tiro a un rinoceronte a menos de 10 metros de distancia, un cardíaco lance a un búfalo africano que de no ser por una despostillada en uno de sus cuernos, este hubiera dado 55 pulgadas de talla y también la cacería de dos osos pardos en Canadá.
Aunque sus logros cinegéticos fueron muchos a lo largo de su vida, lo que realmente quiero destacar es su personalidad. Don Julio fue una persona sencilla con una generosidad que se puede notar al leer sus relatos. En varias ocasiones salvó la vida de sus guías, exponiendo incluso su seguridad y arriesgando la propia vida. Por palabras de él mismo consideraba a sus asistentes como “sus hermanos”.
Aunque sus logros cinegéticos fueron muchos a lo largo de su vida, lo que realmente quiero destacar es su personalidad. Don Julio fue una persona sencilla con una generosidad que se puede notar al leer sus relatos. En varias ocasiones salvó la vida de sus guías, exponiendo incluso su seguridad y arriesgando la propia vida. Por palabras de él mismo consideraba a sus asistentes como “sus hermanos”.
Excelente articulo soy su nieto Julio Mariscal
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