No resisto y vuelvo a Contestar
el llamado de los guajolotes
Abril 22, 23 y 24 del 2016
Viernes 22 de Abril Invitado por mis
buenos amigos Javier Cueva, su hijo Raúl el Chino y Augusto Eichelmann, Salimos Tito y Yo a las
5:30 de la mañana con luz de día ya estábamos en la casa del rancho, acomodamos
nuestro equipaje y provisión y como era temprano fuimos por Javier a su
espiadero portátil desde el cual estaba cazando con arco, vio varios guajolotes
esa tarde uno de ellos le salió cerca no le disparo por encontrarse de espaldas
a él, con arco es muy difícil cazar y muchos guajolotes se van heridos, volando
con la flecha atravesándoles el cuerpo se van a morir pero no lo encuentras, yo
no conocía el rancho y vi el enorme cañón
que tiene al fondo cerca de 5000 hectáreas de sierra y planicie con ojo de agua
y muchos guajolotes.
Sábado 5:30 de la mañana, me
despierto y todos tomamos una tasa de nescafe y pan de dulce, nos llevamos una
ración de emergencia 2 o 3 tacos de harina con huevo y chorizo me los preparan
en la casa.
Me quedo en mi espiadero favorito
que mi hijo Toño en otra cacería arreglo con ramas y troncos secos, para que
los guajolotes no pudieran vernos tan en lo abierto, un espiadero usado muchos
años sin mejorarlo ya quedo para todos lo que lo utilicen, Javier muy
amablemente me presto un impermeable tipo capa ya sabíamos que llovería todo el
día también me facilitó una malla camuflajeada para cubrirme la espalda
normalmente los guajolotes entran por atrás del cazador lo ven y comienzan a
cuitiar , Peligro! Se esconden y ya no salen cerca , Javier me ayudo a acomodar
la silla de lona y la malla y se fue con Tito a los espiaderos, yo tengo espiadero
tipo carpita pero no alcance a llevarla.
Empezaron su llamado los
guajolotes escuchaba machos muy cerca siempre en la parte de atrás, normalmente
yo tengo la escopeta apuntando al comedero pero como los escuchaba atrás de mi
la cambie para esperar su paso por un llanito ya el Chino le había abierto una
ventanita entre las ramas para poder ver y disparar, pasaron unos minutos y empezó
a cuitiar el guajolote atrás de mí , podía ver el cañón de la escopeta, no se podía
tapar, deje de escucharlo y al poco rato vi un macho entre el matorral solo le veía
la cabeza, le dispare y por el monte no podía ver si había pegado me fui casi
corriendo lo busque y no encontré nada, los guajolotes aun heridos casi no
tiran sangre, me regrese al espiadero a mojarme y esperar la llegada de más
guajolotes, como yo no sé usar el reclamo, me espero a que lleguen y me
funciona bien. Al poco rato llego otro macho me di cuenta ya que empezó a
cuitiar, venia por el camino y me vio , no le podía disparar no había ventana y
estaba apuntando hacia el otro lado, se vio grande, pasadas las 12 del medio día
llegaron Tito y Javier, me ayudaron a buscar el guajolote al que le dispare,
pero no lo encontramos. En el Rancho ya estaba el Chino esperándonos y quería irse
a cazar temprano yo también, pero Tito y Javier decidieron esperar un rato y
nos fuimos a las 3 de la tarde , llegamos a mi espiadero y vimos que salieron del
comedero varios guajolotes, Raúl el Chino dijo que eran 6 machos , yo alcance a
ver unos 2 , me acomode bien para mojarme y esperar a ver si regresaban al huir
se desparraman y poco más tarde se llaman para volver a juntarse. Estoy tirando
con posta 2 y escopeta 1100 prestada por el dueño del rancho, me salieron
varios guajolotes llevaba los prismáticos para checar bien los matorrales y al
ver guajolotes que fueran machos adultos y con buen peine, escuche que llamaba
un guajolote macho cerca del comedero y me prepare con la escopeta entraron 2
machos y que espectáculo tan hermoso que emoción tan grande tenerlos a 30
metros uno voló y pude dispararle pero no tiro al vuelo y solo los disfrute, al
poquito rato me sale otro guajolote que iba al comedero , me vio y corrió.
Al llegar al rancho en la
camioneta de Tito vimos adentro de los corrales un guajolote que no podía salir
la cerca tiene muchos palos de barreta muy juntos para que no se salgan los
pollos y gallinas y que no entren los depredadores por ellas, hace años tenían cientos
de gallinas, el guajolote no hacía por escapar volando se bajó Javier con su
arco y se preparó a dispárale a unos 25 o 30 metros, encuentra el guajolote una
salida y se escapa, al Irnos a los espaderos ese medio día nos salió un coyote
que estaba tratando de entrar pero no pudimos cazarlo, llegamos al espiadero y
me resigne a seguirme mojando ya serían las 5:30 de la tarde y opte por
quitarme el aparato auditivo del oído derecho dejando el izquierdo para
escuchar mejor los llamados y el trinar de pájaros y palomas arrolleras , graznido
de cuervos y muchas tortolitas y chachalacas, me cambie de gorra guarde la
calientita que ya estaba empapada me puse una cachucha con malla me saque el
aparato izquierdo y apunte la escopeta con dirección al comedero en minutos veía
el movimiento de los guajolotes en el matorral que rodea el comedero este tiene
un árbol grande y una área cerrada de unos 50 metros cuadrados para que tengan
una idea cuantos años se han cazado guajolotes en este rancho , adentro de ese
espacio hay un comedero tipo tripie tirado sin uso y una escalera hoy suben y
bajan una tinita. Emocionadísimo y con la boca seca veo entrar un guajolote
macho por una esquina del cuadro le apunto muy bien sé que a los 3 o 4 pasos me
va a ver con casi medio cuerpo mío a la vista, al disparo noto el impacto de
las postas me voy detrás del guajolote sin ver nada solo al rumbo, camino unos
50 metros más con la 1100 cargada y en la mano, no rastreo estos pájaros no
tiran sangre , voy por una vereda san Huberto me lleva de la mano, encuentro
muchas plumas y veo que son del pecho ya más contento y confiando en san
Huberto sigo una vereda y otra me parece verlo y es mi guajolote, lo encontré utilizando
la táctica de caminar despacio con los ojos bien abiertos, al fin es mi trofeo
lo levanto , en el rancho peso 8 kilos y el peine midió 9 pulgadas o un poquito
más , batallo para cargarlo volteo a buscar el comedero y no lo encuentro así
que tome la decisión de bajar a buscar el camino o el arroyo aclaro que cada 10
o 20 metros bajaba el guajolote para descansar y en la hojarasca lo arrastraba,
ya no sentía la lluvia llego al espiadero y acomodo el guajolote ya tarde
llegan por mí , Raúl había cazado un
macho muy bueno.
A las 7 de la mañana ya estaba
acomodado sin el impermeable, escuchando el llamado de los guajolotes, salía un
poco el sol, oía el llamado atrás de mi por el comedero y por los 2 lados del
camino estaba rodeado de machos estuvieron llamando una hora o más veo venir un
macho por el camino, yo tenía la escopeta apuntando a esa dirección, recargada
en un tronco y la sostenía con mi mano derecha le apunto , viene al comedero me
tapa un tronco del mezquite, quito el seguro , lo escucho cuitiar y se
desaparece ya casi lo tenía en el morral. Fue una buena oportunidad lo salvo su
extraordinario sentido del oído , me vuelvo a acomodar , viene un guajolote por
el camino y cuitea al verme acomodo la escopeta y la sostengo con mi mano ,
Cuit, cuit cuit atrás de mi me está viendo y cuitea unos minutos al fin veo que
pasa un claro a unos 30 metros le disparo y fallo el tiro ya me tenía frito.
Llegan por mi Tito, Javier y Raúl
todos tuvimos buena suerte y cazamos excelentes trofeos!.
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