Carta abierta a los pescadores, cazadores, cabalgantes, charros, amantes de la equitación y cualquier persona que interactúe con animales.
Esto es solo el principio.
Prohibieron los animales en los circos y muchos no protestaron, seguramente porque no son dueños de circos.
Ahora están atacando fuertemente a la tauromaquia y a los gallos y seguramente a muchos les será indiferente porque no asisten ni a los toros ni a los gallos.
Pues les quiero advertir que cualesquiera de ustedes pueden ser los siguientes atacados por esta corriente que quiere imponer su moral sin importar lo que piensen los demás.
Qué tardarán en decir que ir de pesca con tu hijo es un acto de crueldad contra el pobre pescadito que por intentar comer es atrapado por el anzuelo asesino del pescador y que de forma cruel lo deja que agonice al faltarle el agua donde pueda respirar y no morir.
O en decir que los cazadores, asesinos y depredadores de la naturaleza, de una manera ruin matan sin ninguna razón al pobre venadito que vive libremente en el bosque.
Y que me dicen del maltrato al que es obligado el caballo al forzarlo a saltar en contra de su voluntad las vallas que le son colocadas y además cargando a un humano inhumano que le dificulta aún más el salto. Por cierto deporte olímpico.
Y no tardaran en decir que esas largas cabalgatas que realizan jinetes, algunos de ellos con mucho sobre peso, obligando al pobre caballo a soportar el peso y el cansancio por el largo recorrido.
ATENCIÓN. Esto es solo el principio.
Si no actuamos todos pronto seguiras tu en la lista de las prohibiciones.
José Antonio Quiroga Chapa.
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