mi amigo H. E. C. A. Siempre al hombro de Xavo, tu dueño, con la mirada al cielo en busca del sueño. Repartidor, derrochador de alegrías y gloria, vas por valles y montañas haciendo historia. ¡Oh, tú, arma temeraria, certera y letal! Quien fuera proyectil para acariciar tu metal. Eres paradoja, por frágil, liviano y poderoso. Matas con decoro. Tú, el rifle decoroso. Cuando estallas se cimbra el mundo, truenas y te cuelas en lo más profundo. Tanta sangre has derramado sobre la tierra, que pareciera que para ti matar es feria. No sólo matas, sino cazas. Y humanamente. Pues tus presas caen, mueren súbitamente. ¡Oh, gran Abundacio, incansable cazador! ¿Quién te pintó, fue Dalí o fue Van Gogh? Ojalá y todos los rifles mataran como tú: en demasía y con tan tremenda pulcritud.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario