miércoles, 22 de enero de 2020
Pepe Madrazo, el español que ha conseguido el Nobel de la Caza
Fuente Expansión
Pepe Madrazo, abogado retirado, recibirá el próximo enero en Dallas el Premio Weatherby, conocido como el Nobel de la Caza. Hasta ahora solo lo han conseguido tres españoles. Él lo ha logrado tras 182 safaris en más de 60 países. "El relevo generacional en el mundo de la caza está en peligro", dice.
El disparo no le intimida. Nunca lo hará. Pepe Madrazo (Salamanca, 14 de julio de 1943) solo tiene 12 años cuando aprieta el gatillo entre las peñas de La Vádima, su finca familiar. Lleva la escopeta del 20 de su madre y el cielo se llena de partículas grises. Aquel conejo a pocos metros es un gran hito en su historia: su primera pieza de caza con escopeta de dos cañones. Antes, solo aire comprimido, veranos con su hermano disparando a pajarillos o largas esperas inmóviles en el vivar. Pero Pepe se remonta más lejos en el tiempo. "Desde los cinco o seis años disfrutaba viendo a mi padre preparar su morral y escopeta los sábados durante la temporada para cazar el domingo, y llegar a casa por la noche con unas perdices y unas liebres. Más tarde acompañaba a mis padres en días de ojeos y me apresuraba a cobrar la perdiz o el pato que abatían. Y así fui contagiándome más y más de la afición familiar, que mucho tiempo después ha culminado cazando sin descanso hasta alcanzar el Premio Weatherby", recuerda.
El Premio Weatherby, que promueve la conservación de la vida salvaje y la caza ética, fue creado por el fabricante de armas y municiones Roy E. Weatherby en 1956 para reconocer cada año los méritos de un cazador de larga trayectoria. Es un premio que requiere invitación y los candidatos deben lograr el mayor número de trofeos de una lista de 450 especies de caza mayor en todos los continentes, muchas de ellas imposibles al estar protegidas. El primer ganador sumó 150, el segundo más de 190 y el tercero 253, pero Madrazo, que se dedicó profesionalmente a la abogacía, ha alcanzado 391. Según él, "Weatherby instituyó este premio para dárselo a cazadores importantes que fuesen además gente mediática como políticos o actores, visibilizando de este modo no solo al ganador sino también sus productos. Pero el premio ha ido aumentando su exigencia y hoy es seguramente el más difícil de obtener. Por eso lo llaman el Nobel de la Caza". Tras 11 años compitiendo, Madrazo recibirá el Weatherby el próximo 8 de enero de 2020 en el Dallas Safari Club de Texas (Estados Unidos). Es el ganador número 63 y el cuarto español de una lista en la que solo aparecen otros tres europeos (un francés, un italiano y un danés), siendo el resto de ganadores norteamericanos.
Pepe Madrazo trata de detener los rayos con su mano derecha. Luego se pone las gafas de sol y pasea por la finca de unos amigos en Torrelodones en su sesión de fotos con Fuera de Serie. Lleva prismáticos al cuello, vara de madera, rifle Blaser y un morral. Se sienta junto a unos matorrales y bromea: "Es como si estuviera en un puesto en Sierra Morena", dice. Su colección de trofeos es resultado de 182 safaris internacionales en más de 60 países. Y explica: "Inicié mi andadura en el extranjero en 1981, y 2011 fue el año que más días destiné a la caza fuera de España, con 180 días. Pero en total he pasado 1.803 días de caza en el extranjero, casi cinco años, y he recorrido 2.106.900 kilómetros, lo que equivale a dar 52 vueltas y media alrededor de la Tierra".
En lo que se refiere a los premios, la lista es igualmente impresionante. "Los tengo casi todos", confiesa. Además del Weatherby (2019), Madrazo es el único europeo en haber ganado el Ovis Award (2019) y el Pantheon Award (2016); además, ha sido premiado con el Conservation & Hunting Award (2017) y fue reconocido con el World Hunting Award (2015). También posee el Conklin (2013), el World Hunting Award Ring (2013) y el President Award (2010) del Safari Club International. Entre los nacionales destacan el Culminun Magister 2007 y el Personalidad Venatoria 2015 del Real Club de Monteros de España.
Pregunta. ¿Qué importancia tienen para usted los premios y los récords en el mundo de la caza?
Respuesta. Lo importante para mí no es el premio o el trofeo, sino el camino para conseguirlo. Ahí está la verdadera recompensa. El premio es algo interior, la medalla es hojarasca. Por otro lado, pienso que la parte principal del récord corresponde al animal y al gestor que hizo posible que llegara a esa excelente calidad, al lugareño que sirvió de guía y a la experiencia y conocimiento del territorio que tienen los que te acompañan. La parte menor, aunque también a tener en cuenta, se la adjudico al cazador.
P. ¿Debe de ser la caza para usted una aventura?
R. Es un incentivo. Es lo que me ha llevado a tierras apartadas en todo el mundo. Es un componente sustancial para que un ejercicio de tiro deje de ser tal y se convierta en cacería.
En 2015 Pepe Madrazo viajó al noroeste de Siberia para cazar un reno y un glotón. Voló junto al organizador de la cacería de Zurich a Moscú y de allí a Salekhard, donde tomaron un coche hasta el pueblecito de Aksarka. Se abrigaron con ropa ártica y fueron en moto de nieve y trineo hasta un caserío llamado Selioni Yar. Allí conocieron al patriarca de la familia de esquimales con quienes iban a vivir y cazar y con el que recorrieron otros 200 kilómetros hasta su campamento de invierno. "Era espectacular. Una gran tienda cónica en medio de la tundra helada, como las de las películas de indios pero más grande, de donde salieron un montón de esquimales a darnos la bienvenida. En total la compartimos con cuatro familias: éramos 16 personas, incluidos dos bebés. Convivimos cuatro días, comiendo pescado congelado partido en láminas y carne de reno y alce cocida. Dormimos en el suelo con temperaturas exteriores de -38º C y cazamos durante el día desplazándonos en moto de nieve", recuerda Madrazo.
Pero no todo han sido escenas idílicas. En una ocasión Madrazo estuvo retenido por una tribu etíope y, a lo largo de los años, se ha enfrentado a numerosos obstáculos humanos y climatológicos: "En septiembre de 2002, pasé nueve días en Kamchatka metido en una tienda de 2 m x 60 cm lloviendo y con niebla confiando en poder seguir cazando", rememora.
P. ¿Ha temido alguna vez por su vida?
R. He pasado algunas experiencias delicadas, pero el mayor peligro han sido los viajes en coche a toda velocidad por carreteras tortuosas para llegar a tomar el avión, avioneta o helicóptero que nos esperaba y al que casi siempre llegábamos tarde por apurar en el campo.
P. Usted que ha recorrido el mundo entero: ¿cómo ha visto el deterioro causado por el calentamiento global?
R. Ciñéndome al ámbito cinegético, he encontrado evidentes cambios en algunos lugares. Por poner un ejemplo, el Mar de Baffin hace 20 años permanecía helado nueve meses y ahora solo cinco o seis. Este cambio está influyendo decisivamente en especies como el oso polar, que necesita la superficie helada para cazar focas y ve reducido su periodo de caza a medio año. De ahí la desaparición de su hábitat, su disminución poblacional y su migración a zonas urbanas para predar en las basuras. Es indudable que se está produciendo un gran cambio y que la subida de las temperaturas medias parece imparable, pero no resulta tan evidente cuál es la causa de ello.
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