miércoles, 11 de enero de 2017

Descubren el secreto de la dureza de las astas de Rudolph

Las astas de los ciervos inspiran una nueva generación de materiales más resistentes.



Las astas -que no los cuernos- conforman una estructura formada únicamente por hueso que es perecedera, pues todos los años se cae (pero no a la vez, primero se cae un asta y luego la otra) y vuelve a crecer. Es una característica exclusiva de los machos y la velocidad a la que crecen de tamaño hace que sea el hueso de más rápido crecimiento entre los mamíferos.
Ahora, un equipo de científicos de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido) ha descubierto el secreto detrás de la dureza de las cornamentas de ciervos, renos o alces y cómo pueden resistir sin romperse durante las peleas, pues absorben grandes cantidades de energía durante el combate macho-macho sin resquebrajarse.
¿Qué los hace tan resistentes? Los expertos examinaron la estructura de la cornamenta a nivel nanométrico (a una escala a casi una milésima parte del espesor de una hebra de pelo) siendo capaces de identificar los mecanismos detrás de esta súper fuerza: la ubicación de las fibras que componen la cornamenta, escalonadas en vez de alineadas, hace que la sustancia resultante sea más resistente.
"Las fibras que componen la cornamenta están escalonadas en lugar de alineadas, lo que les permite absorber la energía del impacto de un choque durante una pelea", aclara Paolino De Falco, líder del trabajo.
Este hallazgo abre interesantes posibilidades para la creación de una nueva generación de materiales con una mayor resistencia a los daños como podría ser en el campo de las prótesis o incluso en la construcción de edificios.
"Nuestro próximo paso es crear un modelo impreso 3D con fibras dispuestas en configuración escalonada y unidas por una interfaz elástica. El objetivo es probar que la fabricación aditiva se puede utilizar para crear materiales compuestos resistentes a los daños", dijo Ettore Barbieri, coautor de la investigación.
El estudio ha sido publicado en la revista ACS Biomaterials Science & Engineering,
Por:  Sarah Romero 

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