Los cazadores europeos celebran la festividad de su patrón San Huberto. La leyenda más conocida del santo patrón de los cazadores, un noble muy rico y gran aficionados a la caza, recuerda que un Viernes Santo se encontraba cazando, al perseguir a un hermoso venado éste se volvió y dejó ver un crucifijo entre la cornamenta , resaltado por luminosos rayos, según relata la pía leyenda. Seguidamente, oyó que decía: "Huberto, si no vuelves al Señor y llevas una vida santa, irás al infierno". Al oírlo, Huberto bajó del caballo, se postró y dijo: "Señor, ¿qué quieres que haga?. La respuesta fue: "Ve y busca a Lamberto , que te dirá lo que tienes que hacer"..
La historia apunta a que al patrón de los cazadores, matemáticos, ópticos y metalúrgicos, y al que se le invoca también como protector contra la enfermedad de la rabia, desistió de su actitud inicial, retirándose de la caza, para dedicar el resto de su vida a la ayuda hacia los más necesitados.
San Huberto fue el hijo mayor de Bertrán (Bertrando), Duque de Aquitania, y de Hugbern o Afre, que era hermana de Santa Oda. nació en las Ardenas belgas, en torno al año 657 y murió el 30 de mayo de 727, en Tervuren, Bélgica, llegando a ser obispo de la ciudad actual de Maastricht desde el año 705.
El obispo Huberto destacó por su sencillez y austeridad, por intensidad de sus oraciones y ayunos y su famosa elocuencia. Evangelizó el área de la Ardenas. El nombre y la protección de San Huberto se tomó por algunas órdenes Militares en el siglo XV. Felipe IV rey cazador, tenía a San Huberto como protector y hoy se le venera en toda Europa.